miércoles, 12 de noviembre de 2008

En Chile un 14,9% de las mujeres entre 15 y 20 años ha tenido al menos un hijo


Maternidad adolescente, un proyecto de vida

La cifra de las adolescentes en situación de pobreza que quedan embarazadas ha aumentado. Expertos en este tema y en el área de salud lo adjudican al problema de la falta de oportunidad y de escala social. Esto se debe a la exclusión social en la que viven las adolescentes.

Magdalena Gacitúa

Hace dos semanas nació Amaya de la Victoria y se convirtió en el centro de atención en la casa de sus abuelos maternos. Ahí vive junto a su madre Francisca Mella, de 18 años. “Al principio me daba miedo contarle a mis papás”, cuenta Francisca al recordar los primeros meses de su embarazo. “Yo ya sabía que estaba embarazada, pero no quería asumirlo. Por eso me costó un mes ir al consultorio a confirmar mi estado y luego me tomó una semana más en contarle a mi familia”, agrega Mella.

Según los últimos datos arrojado por el departamento de estadísticas del Ministerio de Salud (Minsal), Francisca es una más de las 35 mil adolescentes que son madres en Chile. Esto corresponde al 14,9% de la población femenina en ese rango. Ella vive en la población Lo Hermida, ubicada Peñalolén, lo que la hace ser parte del 35,8% de las mujeres entre 15 y 20 años que tienen un hijo y se ubican en Santiago. Esta cifra se había mantenido en años anteriores. Sin embargo, los últimos ha tenido una oscilación ascendente. Según el estudio Gestación Adolescente y Dinámicas Familiares, del programa Chile crece contigo, “La gestación adolescente se presenta en mayor proporción en condiciones de pobreza. (...) En la comuna más pobre del Gran Santiago la proporción de padres adolescentes es 22 veces mayor que en la comuna más rica”.

La relación de la gestación con la pobreza es un dato relevante dentro de la maternidad adolescente. Al contrario de lo que comúnmente se piensa este no es un tema que tenga que ver con el acceso a los métodos anticonceptivos. María del Carmen Pereira, asistente social del consultorio los Orientales de Peñalolén, comenta que “las niñas tienen posibilidades de recibir educación sexual en el consultorio. Además nosotros les entregamos anticonceptivos y les indicamos como utilizarlos; aún así no los ocupan”.

Exclusión social y maternidad

Para Leonardo Moreno, Director ejecutivo de la Fundación para la Superación de la Pobreza (FSP), no es raro que los jóvenes no ocupen los métodos anticonceptivos. De hecho, él adjudica el aumento del embarazo adolescente a un problema de exclusión social. “Hay estudios que muestran que las mujeres jóvenes en situación de pobreza buscan validarse socialmente”, dice Moreno. Y explica que las niñas que viven este contexto “no tienen logros a nivel educacional, ni a nivel de trabajo. Para ellas la maternidad se convierte en el proyecto de vida más inmediato y en la única posibilidad que ven para ‘tener algo propio’”, agrega.

Esta realidad es muy cercana a la de Francisca. Ella había retomado a principio de este año sus estudios de enseñanza media, hasta que supo que estaba embarazada. “Me metí en un dos en uno para terminar rápido mi educación. Yo no tenía ningún proyecto, pero pensé que era bueno terminar el colegio. Cuando supe que estaba esperando a la Amaya volví a dejar mis estudios”, explica Francisca.

El estudio Gestación Adolescente y Dinámicas Familiares indica que “Los hombres y mujeres que fueron padres y madres en la adolescencia alcanzan menores años de escolaridad que quienes tuvieron su primer hijo/a después de los 20. En promedio no alcanzan a tener completa su educación secundaria”.

Para las adolescentes de los estratos más bajos de nuestro país, la maternidad se ha transformado en una alternativa válida, porque ellas no ven mayores posibilidades de desarrollo social. Sin embargo, María del Carmen Pereira, asistente social del consultorio de Peñalolén, no cree que el embarazo adolescente sea una forma de validación social para las jóvenes. “Las niñas que están en caso de riesgo no mejoran su situación, al contrario la empeoran y pierden cualquier oportunidad de salir del ambiente que están”, dice Pereira. Ella piensa que el embarazo adolescente está asociado “en algunos casos a un descuido y en otros a una repetición de esquemas de lo que han visto en sus padres”, explica.

En cambio, para el Director ejecutivo de la FSP, la razón de Pereira no explica el creciente aumento en el embarazo adolescente. “No creo que tenga que ver con que sigan el modelo de los padres, me parece que este tema está más ligado a la segregación socio espacial que se da porque nuestro país está muy segmentado”, indica Moreno.

En Santiago hemos visto como las comunas periféricas han ido desplazándose cada vez más lejos de Santiago. Éstas no siempre cuentan con las mejores condiciones de vida, lo que hace que las nuevas generaciones crezcan en lugares que a veces son violentos y que no cuentan con buenos niveles de educación. “Además los nuevos hogares que se construyen para familias de escasos recursos tiene niveles de hacinamiento que no permiten que la gente viva integralmente espacial o socialmente”, comenta Moreno. Lo que hace que los adolescentes crezcan en contextos familiares muy complejos. “Pierden el sentido de pertenencia en la sociedad, derivando en toma de decisiones que cambian de alguna manera su forma de vivir, como el embarazo en las madres jóvenes”, agrega Moreno.

Francisca y su pareja, Gustavo Morales, de 15 años, han formado su propia familia y esto la ha hecho cambiar su perspectiva de vida y su sentido de pertenencia en la sociedad “La verdad es que siempre quise tener una guagüita y compartir con una pareja. Hoy tengo todo eso y me ha dado ánimo. Incluso quiero terminar mis estudios y entrar a estudiar gastronomía”, dice Mella.

Como Francisca ninguna de las adolescentes admite su embarazo como una forma de realización personal. Esto es algo más bien inconciente. Sin embargo, un hijo o una hija les da fortaleza en sus vidas, porque les permite tener un nuevo proyecto de vida que termina supliendo las carencias que han tenido a lo largo de sus vidas.

El sueño de esta joven madre de formar una familia con un hijo y una pareja, es un proyecto que a las adolescentes les da esperanza de salir de la soledad y el ambiente en que están inmersas. En la gran mayoría de los casos este anhelo no se cumple. “Los padres no se quedan a acompañar a las chicas en su maternidad, muchos son muy jóvenes y no quieren asumir su responsabilidad. Las niñas vuelven a quedar embarazadas de un nuevo padre y este vuelve a decepcionarlas”, explica Pereira.

La realidad de la maternidad como proyecto de vida de las adolescentes es situación latente en Chile. Las políticas públicas de nuestro país aún no le han tomado el peso a lo crítico de este escenario y han hecho pequeños avances en el área sexual y reproductiva.

lunes, 3 de noviembre de 2008

El reinventarse de las madres de los DD.DD



Este es un reportaje que hice junto a mi compañero Patricio Contreras. En este abordamos dos casos de madres de DD.DD, Amanda y Olivia, ellas nos hablan de su diario vivir cargando con una realidad tan cruda como la perder a un hijo en dictadura y nunca más saber de él.